viernes, 8 de abril de 2011

DOS DE NOSOTROS

Es verano, la siesta… y comíamos mandarinas. El 21 de enero se acercaba, como así el calorcito y los pimpollos de las flores, renaciendo una y otra vez. Adentro, en la casa, mamá, la abuela y la tía hablaban sobre costura, telas y vestidos de novia, el casamiento de mi prima – madrina se hacia desear… Ailén y Yo charlábamos sobre que nos íbamos a poner y sentíamos el perfume a rosas, ¡era tan fuerte!

Mi pelo iba estar adornado por flores azules del jardín, plantadas haya a la derecha, azules porque las íbamos a teñir, Ailén llevaría flores color champagne, haciendo juego con cada vestido.

Estábamos aburridas, fuimos a las hamacas de más allá del fondo, casi al límit

e con la 20 hacia Ranchos, y después fuimos a caminar por alrededor de la laguna llegamos a pispiar como organizaban el lugar del casamiento, a orillas de la laguna. Ya volviendo
Ailén se encontró con una amiga y se fue a su casa, yo me quede caminando por la vereda sola.

Me acerco hacia la orilla a tomar unas fotos del atardecer, intentando imitar a mi musa favorita, Linda McCartney. Cuando ya el sol estaba a medio ocultar, alguien atrás mío elogia una toma, media vuelta me di, y si esa toma al sol era perfecta, infinita era la belleza que irradiaba aquel chico parado frente a mí, llevaba una caña de pescar y una bolsita con lo que supondría, por haber visto tantas veces, que sería carnada. Se sentó junto a mí y me dijo: “es hora de buena pesca, seguí sacando q

ue se te escapa el sol”. Me reí y seguí sacando mientras que él encarnaba el anzuelo, poco rato después estábamos hablando de peces y fotos, el estudiante de secundaria, primer año, siguiendo sociales, ya que le gustaba la psicología, yo le conté que tenía 14, que iba a noveno y que quería seguir pintura, el encantado me dijo que cuando había ido a Buenos Aires, la madre lo había llevado a una exposición de arte, el MALBA, y que le había gustado mucho, también me dijo que algún día le podía enseñar alguna técnica... Se hicieron las 8:30 y me fui para mi casa, yendo cada uno su camino. Cuando llegue a casa me fui a mi cuarto donde me esperaba Pepper, mi pastor ingles, puse play, “in my life” sonaba de fondo, me acosté en mi cama, pensando en las ultimas palabras que me dijo: “mañana a las 6:30 como hoy vuelvo, si queres venir…, traigo mi cámara y el mate”.

Viernes 18, mañana, iba a ser un día largo, mi mama iba a ayudar a l

os preparativos a la chacra, con los demás familiares que estaban en casa, Ailén y yo nos teníamos que quedar cuidando a los primos. Suponía que me iba a poder escapar y si no podía los lleva a dar una vuelta, pasaba y lo saluda aunque sea, no me podía quedar con ese solo atardecer, con esa revolución de sentimientos adentro, mañana sería un día largo pero iba a ser un Buendía. Anote en la pizarra de mi pieza una frase: I need to laugh and when the sun is out I've got something I can laugh about I feel good in a special way I'm in love and it's a sunny day R + ♥”.

Levantarme con esa frase fue especial, una irradiación de buena energía me lleno y supe que todo sería genial, mi mama me aviso que la abuela y Nancy se quedarían en casa, con lo cual podría salir. Esa espera hasta la hora indicada fue cargada de nervios de felicidad; un vestido blanco con puntillas, un chaleco de jean, una cartera y un

as chatitas color suela, fueron los elegidos por Ailén y yo. Siendo las 6 y 20 tome mi rumbo escuchando “I will”, a la que sería la mejor tarde de mi vida.

Me esperaba tal como me dijo, con una sorpresa, sabiendo como por telepatía mi fanatismo por Los Beatles me canto Do you want to now a secret?, no le faltaba nada que decir, estábamos enamorados, era mágico, misterioso y sensacional a la vez. Nunca nos vamos a separar me prometió, y así es. Me acuerdo cada detalle desde la primera vez que te vi.

Es el día de hoy que desde mi humilde lugar escribo nuestra historia, como un regalo, si hay alguna duda que esta dedicado a vos, te lo afirmo. Felices 50 años d

e matrimonio.

Con amor, Julia.

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