
Dice el maestro:
Cierra los ojos. Ni tan siquiera necesitas
cerrar los ojos, basta con que imagines la
siguiente escena: una bandada de pájaros
volando.
Vale, ahora dime cuántos pájaros ves,
¿cinco, once, diecisiete?
Sea cual sea la respuesta, y prácticamente nadie
puede decir el número exacto, algo queda claro
tras esta pequeña experiencia. Puedes imaginar
una bandada de pájaros, pero el número de aves
escapa a tu control. Sin embargo, la escena era
clara, nítida, exacta. En algún lugar hay una
respuesta para esta pregunta.
¿Quién especificó el número de pájaros que
debía aparecer en la escena? No fuiste tú.
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